Cicloturismo rural: Mercedes y Tomás Jofré, Buenos Aires

A escasos 103 km al oeste de la Capital Federal, la ruta que une Buenos Aires con Mercedes y Tomás Jofré se presenta como un plan tentador. Este es el lugar ideal para sumergirse en la pampa en bici para los que anhelan huir del cemento. El viaje en coche o en tren hasta Mercedes insume más o menos una hora y algo mas. Pero para los amantes del cicloturismo, esto es solo el principio. Una propuesta para estirar el paseo doce kilómetros más por caminos vecinales que salen hacia el oeste de la Ruta 5.

Una vez que se deja atrás la zona urbana, los senderos de tierra destapan un panorama de campos dorados y verdes brillantes. Riachuelos chiquitos atraviesan el camino, evocando el viejo pulso del terreno. Estos cursos de agua, a veces flacos y otras más anchos por la lluvia, corren suavemente entre pastizales. Son el telón de fondo ideal para los que se paran a gozar del susurro del arroyo.

El suelo de ripio, con partes de piedra suelta, exige pedalear sin parar. Sin embargo, no hay grandes cuestas: la pendiente máxima apenas supera los 63 metros sobre el nivel del mar. El desnivel positivo acumulado anda por los 42 m en los 25 km entre Mercedes y Tomás Jofré. Este perfil técnico suave es perfecto para ciclistas que recién empiezan o tienen un nivel intermedio. Solo precisan una bici de montaña o gravel con cubiertas un poco más anchas para encarar el ripio con confianza.

Al llegar a Tomás Jofré, el cicloturista se topa con un puñado de casas, almacenes y estancias que abren sus puertas los fines de semana. Acá, la parada obligada es un asado con cuero, cocinado a la vieja usanza sobre brasas de leña y solo con sal gruesa. Este plato recupera sabores y texturas de las costumbres gauchas. La carne, blandita y jugosa, se sirve con pan casero recién sacado del horno y a menudo, con ensaladas de hojas silvestres y verduras de estación.

Más allá de la comida, esta parte de la Provincia de Buenos Aires ofrece un viaje a la memoria rural. Antiguas vías de tren tapadas de pasto, puentes de hierro oxidados y casas de adobe recicladas funcionan como hosterías de fin de semana. La simpleza de los servicios requiere buena organización: llevar agua de sobra, provisiones, chequear el pronóstico y llevar repuestos básicos para la bici.

Con la panza llena y el alma renovada, la vuelta a Mercedes y después a Buenos Aires se transforma en un tramo más liviano. La satisfacción del desafío superado y la certeza de haber recorrido un paisaje anclado en el tiempo acompañan a los ciclistas. Este viaje en bici, donde se cruzan nostalgia y practicidad, evidencia que con un mapa sencillo, una alforja bien cargada y curiosidad, se puede redescubrir la pampa y su historia en cada pastito y en cada asado a la parrilla.

Lugares a visitar:

• Parque Municipal Independencia: Un predio de 54 hectáreas, con árboles muy antiguos, duchas, juegos para chicos y un lugar para comprar comida; el río pasa entre praderas, ideal para refrescarse a la vuelta.
• Catedral Basílica Nuestra Señora de las Mercedes: Una belleza neogótica de Mercedes, hecha en 1904 y nombrada Monumento Histórico Nacional en 2010; en su cripta están Don Saturnino Unzué e Inés Dorrego de Unzué, quienes ayudaron a construir el templo.
• Capilla Nuestra Señora de Luján (Tomás Jofré): Una iglesita de campo con paredes de barro y vigas de quebracho; hay misa los domingos a las diez y media y un ambiente tranquilo que invita a pensar.
• La Pulpería de Cacho Di Catarina: En la calle 29, al lado del río Luján en Mercedes, es un lugar típico donde comés picadas, empanadas, tragos de campo y escuchás payadores.
• Asado con cuero en estancias: varias estancias cercanas abren sus fogones fines de semana; el ritual del asado con cuero —carne cocida a la antigua sobre brasas y sazonada solo con sal gruesa— repone fuerzas antes de volver a pedalear.
• Restaurantes de campo en Tomás Jofré: “Santa Victoria” y “Silvano” ofrecen menúes campestres, verduras de estación y postres caseros, todos en casonas de ladrillo y sobrados con patios floridos