Circuito del vino en Catamarca

Quizás al pensar en vinos las primeras provincias que se nos crucen por la mente sean Mendoza y San Juan, pero también Catamarca se sumó hace poco tiempo al mapa vitivinícola argentino. Esta región nos brinda un recorrido enoturístico que se mezcla con la Ruta del Adobe, con fuerte influencia de la cultura precolombina. Su gran tradición religiosa católica se mezcla con viejos rituales a la madre tierra; uno de los hábitos que atraen más turistas al año.

Los suelos son arenosos, con arcilla, muy pedregosos, el clima continental es templado, con temperaturas de grandes cambios entre el día y la noche y la altura promedia los 1500 metros. En un increíble contraste de montañas, medanos y tranquilos valles, allí también alojan los Seismiles (las cumbres más altas de América).
Esas son condiciones optimas para la elaboración de vinos finos y de gran calidad. Las variedades que mejor se adaptaron son Syrah y Cabernet Sauvignon.
Hasta hace muy poco tiempo en Catamarca solo se producían uvas de mesa y pasas de uva, actualmente ya se estan aprovechando las condiciones de la región para la elaboración de vinos finos.

La visita a los viñedos se completa con la hermosura de un paisaje de pueblos con casas e iglesias realizadas en adobe. A través de 50 km, puede recorrerse la Ruta del Adobe (entre Tinogasta y Fiambalá), un circuito que es Patrimonio Cultural de la provincia, donde se rescatan reliquias construidas en barro y paja de los siglos XVII y XVIII (como las iglesias de San Pedro y la de Anillaco).

Para los aventureros, en el pueblo de Saujil, los medanos invitan a la práctica del sandboard y si queremos relajarnos tenemos las aguas de las Termas de Fiambalá.

Cualquiera de estas travesías podemos complementarlas con la deliciosa cocina catamarqueña, donde como en todo el norte argentino, reina el maíz condimentado con pimientos y acompañado de papas andinas.

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Bodegas

Al empezar el recorrido por la bodega Rodriguez Ferrero, en la La Puntilla (Tinogasta), se puede conocer la técnica moderna aplicada a la producción de vinos de calidad.  La empresa además ha rodeado su pequeña bodega, con un ambiente colorido y cálido que da la madera.

El itinerario puede seguir por la Bodega Alta Esperanza
Desde el 2004. Partidas exportadas a Australia y Holanda. Productos: El Deseo y Alta Esperanza.

Bodega Cuello Roca
Bodega en Tinogasta. Uvas producidas en el norte del Departamento.
Producto: Cuello Roca
En vinos finos: Chenin-Chardonay / Torrontés / Syrah / Bonarda / Cabernet

Bodega y Viñedos Longo
En Tinogasta desde 1952. Capacidad 2 millones de litros. Productos: Longo, Costa de Reyes y El Tinogasteño.
En vinos finos: Torrontés / Bonarda / Syrah / Cabernet

Bodegas y Viñedos Saleme
Bodega ubicada en Santa Rosa – Tinogasta. Desde 1944. Posee capacidad para 15 millones de litros. Productos. Saleme y Santa Juana.
En vinos finos: Torrontés / Bonarda / Syrah / Riesling

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Continuamos la ruta del vino rumbo a la localidad de Fiambalá (50 Km).

Bodega Cabernet de los Andes
Ubicada al Norte de Fiambalá. Producto: Tizac. Exportados a Inglaterra y Estados Unidos. Vinos finos: Syrah / Cabernet Sauvignon / Bonarda

Finca Don Diego
En sólo 5 años logró imponer su Don Diego, exportándo a Estados Unidos, Panamá, Holanda, Brasil y Costa Rica.
Nos sorprenderá la arquitectura de la bodega que no se aparta de su contexto, y donde se puede ver la Iglesia de San Pedro (1770), también construida con adobe.
El detalle lo da la pequeña capilla, realizada en un viejo horno de ladrillo.

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Vinos artesanales de Tinogasta
Finca  El Refugio. Aguardiente y vino patero.
Finca Gutiérrez.  Vinos finos Bonarda y Syrah.
Rojas Guillermo. Vinos finos Syrah y Bonarda.
A. Flores Fernández. Aguardiente y vino patero.
Ing. R. Sosa. Aguardiente y vino patero.
Luis Cuello. Aguardiente y vino patero.

Vinos artesanales de Fiambalá

Ripoll del Pino Licores, vino patero y aguardiente.

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Mapa de la región