Con «La Rusita» hasta la Isla de Chiloé
Relato por Susana Seifert:
En enero del año 2013 comencé a realizar travesías en bici, casi todas en solitario menos tres de ellas. Mi primer viaje fue con una amiga desde San Martín de los Andes hasta El Bolsón y fue mi primer experiencia. Al año siguiente, en febrero del año 2014 y ya sola mi travesía fue desde General Roca (RN) donde vivo hasta el Balneario Las Grutas, a 400km de distancia. Y a partir de ese viaje se fueron sucediendo muchos más hasta la fecha, todos oscilan entre los 500 a 1000 km. Ese mismo año Sierra de la Ventana, Villa Pehuenia, y en el 2015 Bariloche, Santa Rosa, Mendoza, Carhue en noviembre y en diciembre de ese año hice la travesía por la Ruta Nacional 23 que une a Bariloche con el Balneario Las Grutas por la llamada línea sur.
En enero del 2016 me fui a Chile con una amiga desde Junín de los Andes, por el Paso Malluil Mala (ex Tromen) y volvimos por Paso Hua Hum, San Martín de los Andes. En febrero de ese año me fui nuevamente en solitario a Copahue y en marzo nuevamente a Las Grutas pero por otro camino y ese mismo año también fui a Uruguay.
Mi último viaje fue nuevamente a Chile, pero en esta oportunidad por el Paso Samoré de Villa La Angostura, para regresar por Paso Rosales a la ciudad de Bariloche. El mismo comenzó 60 km. antes de Villa.
Mi primer etapa fue con mucho viento, el 80% lo tuve que caminar, era imposible pedalear por el peso que llevo en mis alforjas. Pero no importó lo que quería era avanzar. Fueron como 10hs de marcha. Al día siguiente partí para el Paso Internacional Samoré, 45 km. luego de los trámites aduaneros continé mi viaje hacia el Paso Internacional Puyehue. Nuevamnete los trámites correspondientes para ingresar a Chile y una revisación minuciosa de mis alforjas.
Continué mi viaje hacia las Termas de Aguas Calientes, fue mi segunda etapa, y disfruté un reparador descanso. Al día siguiente partí para Entre Lagos, a 29km. así lo había programado. Sabía que las dos anteriores iban a tener su esfuerzo, además son viajes para disfrutarlos, no hay tiempos que superar. El lago Puyehue y el volcan del mismo nombre forman parte del paisaje.
El cuarto día partí para Frutillar, a orillas del Lago Llanquihue, 78 km. No fuí por la Panamericana 5, tomé la Interlagos que es más pintoresca. Comenzó a llover y con lluvia al día siguiente partí para Puerto Montt, a 80 km. bordeando el lago Llanquehue.
Mi sexta etapa y por la Panamericana 5, mi destino era Pargua, 70 km, para embarcarme hacia la Isla de Chiloe. Es un viaje corto en transbordador que llega al puerto de Chacao.
Nuevamente con mi bici y ya en la isla llegue a Ancud. Hermosa localidad para recorrer sus calles, visitar su iglesia frente a la plaza donde artesanos ofrecen sus trabajos conocer su fuerte y sus playas. Pasé dos hermosos días, y continuando el camino sinuoso con subidas y bajadas, con rutas y banquinas asfaltadas me dirigí hacia Dalcahue, 70 km, un lugar digno de visitar con sus costumbres muy arraigadas, mucha artesanía en lana y lugares típicos para comer como las llamadas cocinerías. Alli resolví volver a Puerto Montt en transporte para no repetir el mismo camino. A la ciudad de Castro, su capital la visité en bus estaba a 20km.
A llegar a Puerto Montt, mi bici («La Rusita», nombre que le puse porque de chica mi tío me decía así) y yo partimos para Puerto Varas, muy cerca a 23 km. El camino es muy pintoresco, el Volcán Osorno acompaña todo el tiempo. Es una hermosa ciudad con una bella costanera, con sus iglesias, el museo Pablo Fierro no dejar de visitarlo. Conocí a su creador, lo hizo con su propio esfuerzo de una construcción abandonada. En su interior guarda objetos antiquísimos, es como trasladarse en el tiempo.
Luego de dos días partí para Ensenada, 43 km. mi viaje estaba llegando a su fin, lo quería hacer lento para que ello no ocurriera, llevaba 11 días de mi travesía.
Al día siguiente partí para el Puerto Petrohué, en una embarcación llegué a Peulla, navegando el Lago Todos los Santos. comenzó a llover y así toda la noche. Al día siguiente, a 300 metros se encuentra la aduana y luego de los trámites correspondientes para dejar Chile se llega a Puerto Frías, donde está la aduana Argentina.
En una embarcación y con pocos minutos de navegación está Puerto Alegre, luego Puerto Blest, y en un catamarán se llega a Puerto Pañuelo, Bariloche navegando nuestro hermoso Nahuel Huapi.
Fué una travesía fantástica, disfruté mucho cada etapa, el viento la lluvia y las subidas no lo opaca, está la satisfacción de llegar con el propio esfuerzo. Las rutas son muy buenas y sobre todo que consideran al ciclista asfaltando sus banquinas e indicando exclusividad para ellos.
El viajar sola no es impedimento, llevo muchos kilómetros haciéndolo, los miedos no existen, no dejemos que ellos se apoderen de nosotros.
Les deseo excelentes viajes, el hacerlo en dos ruedas nos permite ver los paisajes en cámara lenta, es algo inigualable.
Valiente no es el que no tiene miedo , sino el que supera los miedos.
Nelson Mandela