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Padre e hijo en bici

El pasado 7 de diciembre, Manuel Martínez (56 años) y su hijo Mariano Martínez (16 años) salieron de su casa en Cabimas, estado Zulia (Venezuela), con para viajar rumbo a Bogotá, capital de Colombia. En sus bicicletas recorrieron alrededor de 1.087 kilómetros para reencontrarse con su familia llegando el lunes, 14 de diciembre.

El camino fue difícil pero la solidaridad de la gente los siguió en su camino. Esos «ángeles del camino», como ambos los llaman, les dieron comida y lugar para dormir para que no estén en la calle.

Manuel Martínez es profesor de educación física, practica ciclismo hace 40 años desde y fue parte de la selección juvenil en el estado Zulia. “Después seguí practicando ciclismo en el amateurismo y se convirtió en mi hobbie”, remarcó. Manuel y Mariano se prepararon físicamente desde junio con recorridos largos en la Costa Oriental del Lago y Mariano participó en competiciones cortas para mejorar su rendimiento en la bicicleta.

“Conseguimos muchas buenas personas en todo el camino, familiares, amigos y desconocidos que nos dieron alimento y cobijo. Todos fueron amables y fueron parte de nuestro camino, no tuvimos problemas con las autoridades de ninguno de los dos países”, dijo.

“En el 2015 se vino a Colombia mi hijo Marcelo, después sus hermanas. Aunque mi esposa los había visitado, yo no había tenido oportunidad y desde el 2019 tenía planeado hacer este recorrido. La crisis que estamos viviendo en Venezuela y por el COVID-19 no fue posible venir antes”.

El 31 de julio falleció su esposa por neumonía asociada al COVID-19, aunque su diagnóstico no fue confirmado. “Ya teníamos todo planeado y seguimos con más fuerza para pasar las navidades en familia. Ese fue nuestro empuje”, contó. Aunque la frontera está cerrada debido al COVID-19, lograron cruzar a Colombia sin contratiempos. 

De los 1.087 kilómetros que recorrieron pedaleando, para Martínez, el tramo más complicado fue el domingo 13 de diciembre, cuando salieron de El Socorro, en Santander, hasta Chiquinquirá, en Boyacá, 150 kilómetros para estar más cerca de Bogotá el lunes 14 de diciembre.

“Ese día tuvimos fallas mecánicas, había sol y unas subidas constantes. Fue un día durísimo, localidades muy retiradas, íbamos pedaleando largas distancias sin hidratarnos y al final del recorrido era de noche. Aunque no paramos”, dijo.

Fueron recibidos con globos de los colores de la bandera de ambos países: amarillo, azul y rojo; aplausos y música el 14 de diciembre. Manuel logró su meta y se reencontró con sus cuatro hijos: Marcelo, Mariángel, María José y Michell, además de sus hermanas Marison, Morelis y Maite y también sus siete nietos.