Internos de una cárcel solidarios
Durante del mes pasado, Nahuel Esquivel (de 27 años y no vidente), fue invitado a la cárcel de San Nicolás para que contar su historia de vida a los internos.
Nahuel explicó que al quedar ciego, hace cinco años, nunca más hacer deportes como antes, y contó su pasión por el ciclismo y el fútbol.
Parte de los que participaron de aquel encuentro integran el taller de bicicletas denominado “Ruedas Solidarias”, y otros del proyecto “Soluciones Tecnológicas”, que tiene el apoyo del Obispado de San Nicolás.
Luego de escuchar el relato de Nahuel propusieron fabricarle una bicicleta tándem y después de seis semanas de duro trabajo, el pasado miércoles fue entregada al joven oriundo de Ramallo en la Unidad número 3 de la ciudad de San Nicolás.
“Estoy muy emocionado. Comprarme una bici como esta me sale unos 20 mil pesos. Ahora voy a poder volver a la ruta para pedalear”, comentó Nahuel, después de probar el rodado delante de los internos mecánicos.
Nahuel tuvo un desprendimiento de retina en 2013 y desde ahí, pese a tener varias intervenciones, no pudo recuperar la visión. A pesar de todo, nunca se dejó vencer y ve optimista el futuro. “Trabajo en un centro de integración municipal en Ramallo y estudio música en una Escuela de Arte”, comentó.
Como agradecimiento, Nahuel cantó varios temas folclóricos y pop latino y emocionó a los presentes. Las visitas del joven de Ramallo al penal comenzaron hace unos años con objetivos sociales.
“Ya probé la bicicleta y anda muy bien. Ahora no puedo manejar, tendré que pedalear nada más y sincronizar con mi guía. Estoy súper agradecido y feliz. Es algo impagable para mí”, agregó Nahuel.
En el emprendimiento para dejar lista la bicicleta doble participaron seis internos de Ruedas Solidarias y 12 de Soluciones Tecnológicas. Todos los elementos necesarios fueron provistos por el Obispado y por dependencias policiales y judiciales ( con bicicletas secuestradas en hechos delictivos).
Además de la entrega del rodado adaptado para Nahuel, se expusieron cinco sillas de ruedas, diez bicicletas y andadores, los que se refaccionaron en el penal y serán donados a la brevedad a entidades carecientes.
Además, se le entregaron premios a los privados de libertad que participan de los proyectos de fabricación de pelotas, de bolsas biodegradables y soldadura aplicada.
Finalmente, se firmó un convenio entre el Servicio Penitenciario Bonaerense y Cáritas para aumentar el número de actividades solidarias que se realizan en conjunto, como la fabricación de pan rallado, de esencias aromáticas y jabones, entre otros.